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Ajena al crítico estado en el que se encuentra su amado, Esmeralda vive un feliz reencuentro con su madre. Durante horas, ambas recuperan el tiempo perdido y ponen en claro las causas por las que fueron separadas. “Me casé con Fernando estando embarazada de ti y cuando él se enteró me repudió. Desde ese momento, me ha tenido encerrada y por eso nunca te ha aceptado como hija. Tú eres fruto de mi relación con un gitano”, le desvela Sara Kali.

La vida de María Píapende de un hilo
Por su parte, la chica aprovecha para confesarle a su madre que está embarazada, pero no de su marido, sino del joven De la Vega.
Entre tanto, Alejandro y Yumalai van al poblado de la indígena a ver a ‘Búfala Blanca’. Una vez allí, el destino volverá a dar un duro golpe al militar. “Toypurnia fue asesinada por Fernando”, le dice la anciana con un hilo de voz.

El capitán Ricardo Montero, con la excusa de estar buscando a ‘El Zorro’, pone la ciudad patas arriba intentando dar con el paradero de Sara Kali. Los soldados tienen las calles de Nuestra Señora de los Ángeles tomadas, pero nadie intuye por dónde ha podido huir la prisionera.

Mientras que en España la Reina planifica hacer una visita a la ciudad, Renzo llega a ‘Piedra Grande’ con una mala noticia: “El Zorro’ está herido de gravedad y se teme por su vida”. Ninguno de los presentes sospecha que Tornado ha llevado al chico hasta su cueva y allí el padre Tomás le ha salvado, sacándole la bala de la espalda.
En su hacienda, Fernando está descompuesto por no haber podido casarse con María Pía. Para él la vida ya no tiene sentido y en un arrebato de rabia intenta quitarse la vida con una de sus pistolas. En ese momento aparece su amada e intenta evitar que cometa una locura. Por desgracia, durante el forcejeo el arma se dispara y la ex novicia resulta herida.

Inmediatamente, Agapito atiende a la hermana de Alejandro, pero no parece haber muchas esperanzas. “Ha perdido mucha sangre. No puedo operarla, es mejor preparar el entierro”, asegura el doctor mientras Almudena aprieta con fuerza la herida. Sánchez de Moncada, abatido por el sentimiento de culpa, no sabe qué hacer.

En su cueva, Diego se va recuperando favorablemente. Pero no todo va tan bien como parece, pronto el padre Tomás se percata de que su protegido ha perdido la memoria. Aunque el cura y Bernardo intentan ayudarle, no hay nada que hacer. “La Ciudad de Los Ángeles ha perdido a su defensor”, se repiten una y otra vez.

Paralelamente, al convento llega Aarón Eleazar, un prestigioso exorcista que ha sido llamado por el cardenal Olivieri para que dictamine si debe tratar a la atormentada sor Suplicios para sacarle el diablo del cuerpo.

Por su parte, Esmeralda decide irse lejos con su madre. Sin embargo, no van a tener las cosas nada fáciles. Montero y Pizarro han ofrecido una jugosa recompensa a quien les lleve la cabeza de Sara Kali y un grupo de mercenarios las sorprende en su fuga. Con la ayuda de Jonás, la ‘Reina de los gitanos’ logra dar esquinazo a sus perseguidores. No así Esmeralda, que es atrapada y conducida inmediatamente a la cárcel.

Tras dictaminar que está endemoniada, Eleazar y un grupo de monjas se preparan para exorcizar a sor Suplicios. Al ver al hombre, la joven novicia empieza a gritar como una loca y pierde totalmente el control.
Un desesperado Fernando intenta acabar de nuevo con su vida. Por fortuna, esta vez será Mariángel quien llegue a tiempo de evitarlo.
Obedeciendo las órdenes de su padre, Renzo sigue los pasos de Pizarro para intentar liberar a Esmeralda. “Encuéntrala y cuídala. Dile que la amo y recuérdale que en ese collar que lleva en el pecho está toda mi fortuna”, suplica Sara Kali al muchacho antes de que éste se vaya. Desgraciadamente, el rescate fracasa y el gitano acaba encerrado en una celda del Callao.

Por su parte, Esmeralda, hecha una furia, espera a que Ricardo llegue para sacarla de allí y poder así emprender la búsqueda de su madre. Sin embargo, cuando él se presenta en la prisión le dice algo que le hiela la sangre: “No debo permitir que un subalterno me desobedezca. ¿Quieres saber cuáles eran mis ordenes? ¡Disparar a matar! Sí, mi vida, tú deberías estar muerta ya. ¡Utilizarme a mí para liberar a tu madre! Lo pagarás con tu vida, Esmeralda”.

En la ciudad, Catalina recibe en su casa a un demacrado Tobías. Después de pasar varios días encarcelado, Pizarro le ha puesto en libertad a cambio de que se haga pasar por ‘El Zorro’.

Fernando dimite como Gobernador
Desolado por el grave estado de María Pía y bajo las presiones de Montero, Sánchez de Moncada renuncia a su cargo como Gobernador. Ya nada le importa y todas sus energías están puestas en que su amada de recupere. Satisfecho, Ricardo instaura un gobierno militar.

Yumalai, rechazada
Tras su encuentro amoroso con Alejandro, Yumalai desea llegar a ser la esposa del militar. Sin embargo, él no piensa lo mismo. “Mi forma de ver el amor es distinta a como la ve vuestra tribu. No quiero que sufras, pero amo a Almudena y no quiero hacerle daño”, le aclara.