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ENTREVISTA

Usted es el tipo más antipático de la televisión, pero no hace más que romper récords de audiencia. ¿Le sorprende este éxito?
Por supuesto. Siempre pensé que la serie era muy buena, pero de ahí a convertirse en un éxito de audiencia hay un gran trecho. Las cadenas norteamericanas lanzan 20 series o más cada seis meses, y sólo dos sobreviven. A veces, ninguna. Es un mundillo brutal, y soy consciente de lo excepcional y maravilloso de mi posición.

¿Le gusta 'House'?
Digámoslo así: normalmente, los protagonistas de las series son tipos simpáticos que hacen chistes simpáticos, viven en casas bonitas y suelen tener un perro igual de simpático. Todo es tan perfecto que provoca sonrojo. Cuando hace tres años mi agente me envió un fragmento del guión, pensé que ese tal House debía de ser un secundario. Wilson, su único amigo en el hospital, aparecía descrito como un tipo atractivo, con un rostro franco y juvenil. '¡Bingo! Ése es el protagonista', pensé. Pero House me gustó desde el principio porque él no pretende gustar a nadie.

¿Y por qué cree que al público también le gusta?
Tengo la teoría de que la gente está hasta el gorro de la corrección política de nuestros días. Ya no está permitido hablar de la verdad pura y dura; todo debe ser edulcorado. A House eso no le interesa. Dice lo que piensa.

¿Proyecta alguna vez su propio mal humor en su interpretación?
No. Mi única aportación al personaje consiste en que le quiero bien y entiendo por qué es como es. Y sé que a otros actores, cuyos nombres se barajaron para encarnarle, no les agrada hacer papeles antipáticos.

Afortunadamente, no tuvo escrúpulos para aceptarlo. ¿Cómo consiguió el papel?
Estaba rodando en Namibia cuando mi agente me envió ese par de páginas del guión que, por otro lado, también estaban recibiendo todos los demás actores del mundo. A fin de cuentas, ése es el pan nuestro de cada día. A veces sale algo, pero lo habitual es que nunca más vuelvas a oír hablar del proyecto en cuestión. Aquella vez grabé un vídeo en el baño del hotel (es donde mejor luz había), y meses después, me llamó mi agente y me dijo: 'Quieren conocerte, es para lo de la serie de médicos'. '¿Qué serie de médicos?', le pregunté. Me había olvidado por completo de 'House'. Así que volé hasta Los Ángeles, actué ante los productores y jefes del canal un proceso que les resulta detestable a todos los actores y, al final, me escogieron a mí.

¿Y se mudó de Londres a Los Ángeles?
¡Por Dios, no! Sólo habíamos rodado un piloto y, cuando se emitió, no lo vio prácticamente nadie. La audiencia fue mínima. ¡Mínima! Nos tendrían que haber echado, pero los responsables de las cancelaciones tampoco nos habían visto, así que seguimos. Me instalé en un hotel porque pensaba que el proyecto se suspendería en las siguientes semanas.

¿Cuánto tiempo se quedó en el hotel?
Medio año. Entonces decidí alquilar una casa, pero sigo pensando que no va a durar demasiado. El éxito significa que la catástrofe está a la vuelta de la esquina. ¡Se me podría caer un piano en la cabeza!

Parece un poco negativo, casi como el doctor House.
Siempre pienso que las cosas van a ir a peor. Me gustaría ser una persona más relajada. Me gustaría que, tres años después, el trabajo por fin me resultase de verdad más llevadero. Pero no, todas las noches estoy igual de hecho polvo y me paso todo el día dándole vueltas a cómo debería decir mis textos.

¿Cómo es su vida más allá de 'House'?
No hay mucho que decir. A veces, los fines de semana juego al tenis o monto en moto. Me gusta tocar el piano, pero nada serio; sólo aporreo las teclas para relajarme. Desde hace seis años digo que trabajo en un guión, pero ahora no estoy en disposición de ponerme a escribir. Apenas puedo leer. Cuando lo hago en la cama, los ojos se me cierran a la media página. Releo una y otra vez el mismo folio porque al día siguiente no me acuerdo de nada. Debería buscarme una media página excelente...

¿Qué opina su mujer de que pase nueve meses en Los Ángeles mientras ella se encarga de sus tres hijos en Londres?
Bueno, ella sabía muy bien cómo me ganaba la vida cuando se casó conmigo. Viene a EE.UU. tres o cuatro veces por temporada de rodaje, y yo voy a Inglaterra otras tantas. No cree que sea la situación ideal. Es casi como si yo estuviera enrolado en la Marina o algo así.

Usted es un inglés en Estados Unidos... ¿qué es lo que más echa de menos de su país?
Mi familia, por supuesto. Y luego la lluvia. Tanto sol puede llegar a deprimirle a uno.

Via: La guia Tv

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